domingo, 4 de diciembre de 2011

Barricada y El Drogas: claves de una pelea sin solución.

Fuente: Rolling Stone (Copiado textualmente)

La relación entre el cantante y el resto del grupo no era tan fluida como se pensaba. Todo ha terminado de explotar este fin de semana: uno deja el grupo (o le echan) y el resto grabará un nuevo disco. Por Ricardo Vado




Todo ha ocurrido a gran velocidad y de forma muy visceral: en fin de semana, con nocturnidad y a través de recados ásperos en forma de comunicados. El viernes 2 de diciembre de madrugada Enrique Villareal, El Drogas, de 52 años, bajista y voz de Barricada, cuelga un comunicado escrito en verso en la web de su banda paralela, Txarrena. En el escrito, El Drogas anuncia su salida de Barricada. Horas después, el sábado 3 a mediodía, Boni, Alfredo e Ibi, es decir, el resto de Barricada, emitía un acelerado comunicado intentando aclarar la situación. Ha sido la fractura, por ahora definitiva, de una relación que no funcionaba tan bien como todo el mundo creía.

ROLLING STONE se ha puesto en contacto con Alfredo Piedrafita, 51 años, guitarrista de Barricada. “Es un momento de calentón, no me conviene hacer muchas declaraciones”, nos comenta Piedrafita por teléfono. A continuación, nos remite al comunicado del grupo. “Es un día muy triste. Han sido unos años muy bonitos junto a El Drogas”, declara el guitarrista. ROLLING STONE ha intentado recabar la opinión de El Drogas, pero ha sido imposible: su teléfono móvil no da señal y, según amigos cercanos al cantante, ha dado de baja el celular debido al revuelo que ha provocado su marcha del grupo. “De momento, está desaparecido”, aseguran.

En el comunicado de Barricada se ofrecen algunas claves del desencuentro: “Después de tomarnos el 2011 como año sabático, El Drogas no ha querido retomar la historia de Barricada, estaba centrado en su proyecto de Txarrena y según él: 'YA VEREMOS si de aquí a cuatro o cinco años volveremos a hacer algo con Barricada otra vez”.  Y sigue: “No podemos ni queremos estar cuatro o cinco años parados. El cuerpo nos pide marcha y un año de parón ya ha sido más que suficiente para cargar las pilas de nuevo, así que decidimos seguir adelante sin élÉl interpreta que lo hemos echado. Que cada uno saque sus conclusiones”.

Ahí está el conflicto. El Drogas afirma en su comunicado que “lo han largao”. El resto del grupo le contesta que ha sido él el que ha abandonado el grupo. “Algo que se veía venir desde hace tiempo”,dice Barricada. Lo único seguro por ahora es que Barricada sigue adelante sin El Drogas, uno de sus fundadores, hace 31 años. El grupo ya está preparando nuevo disco, que se grabará en enero y se publicará en marzo. Quedan incógnitas por resolver: quién tocará el bajo, quien cantará (se supone que los guitarristas, Albredo y Boni). Mientras la banda esté grabando, El Drogas estará de gira, ya que su grupo paralelo, Txarrena, ya tiene fechas cerradas: 13 de enero, Murcia; 14, en Valencia; 27, en Manresa.

El desencuentro es total y la frase de “algo que se veía venir desde hace tiempo” lo único que hace es confirmar que la relación entre El Drogas y el resto del grupo no ha sido estos últimos años todo lo fluida que aparentaba ser. Un cruce de llamadas de teléfono bastante amargo en los últimos meses ha terminado por crujir la relación.

Hay algunos antecedentes evidentes: el disco La tierra está sorda, publicado en 2009 y dedicado a la memoria de las victimas de la Guerra Civil, fue un proyecto obsesivo y personal de El Drogas.Villarreal recorrió pueblos buscando testimonios, lloró con las desgarradas historias y leyó docenas de libros sobre el tema. El resto del grupo, aunque implicado, asumió un voluntario papel segundario en un disco tan personal que no habría sonado tan extraño si El Drogas lo hubiese publicado bajo su nombre. Tras la gira, Barricada se toma un año sabático y El Drogas resucitó su antiguo proyecto Txarrena, que por otro lado tenía bastantes similitudes de estilo y sonido con Barricada. 

También ha sido curioso el título que El Drogas ha decidido dar a su comunicado. No hace falta leer entre líneas: “(Contra) comunicado del (no) comunicado de los (in)comunicados”. Del título se desprende que el propio cantante echaba en cara a sus compañeros que no hubiesen sacado un anuncio anteriormente y que no diesen señales de vida -(in)comunicados-. Los otros tres barricadas afirman, con ironía, que no quieren entrar en “una guerra sucia de comunicados, contracomunicados, y contracontracomunicados, ni en prosa ni en verso”. Los puñales vuelan de un bando a otro.

El carismático Drogas anda desaparecido y el grupo se encuentra dolido. Que se haya llegado a este enfrentamiento, que no haya habido pactos, rueda de prensa conjunta ni conciertos de despedida convierten esta separación en un espinoso asunto de difícil solución. Ahora bien: estos problemas personales no pueden ni deben ensombrecer la impecable historia de uno de los grandes e imprescindibles grupos del rock español.


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